La lucha contra el delito organizado tiene varios frentes, tantos como existen diversos mercados clandestinos e ilegales. El narcotráfico es uno de ellos, posiblemente el más vistoso mediáticamente. Esto no carece de razones: su impacto en la seguridad cotidiana de todos los ciudadanos y en las incontables situaciones de violencia que se viven día a día son motivos suficientes. Sin embargo no es el único.
La prostitución y la red de trata es otro gran entramado delictual que tiene una expansión importante a lo largo del país e incluso de la región. Desde un punto de vista humanitario, el mercado clandestino de la prostitución es extremadamente perverso porque se basa en la esclavitud, muchas veces, para colmo, de menores. Sin duda, un mal de otros tiempos que es hora de terminar de erradicar.
En Lanús damos combate a todas las formas de delito, incluida la trata. Hemos realizado hace poco un allanamiento de tres casas dedicadas a prostituir mujeres. Estos lugares estaban regenteados por una mujer y un hombre, los dos de mediana edad.
La Fiscalía especializada en la temática de Violencia de Género y Trata junto con el personal de Gabinete de Prevención dependiente del Ministerio de Seguridad de la Provincia que realizó los allanamientos logró también identificar a varias trabajadoras sexuales y a algunos clientes, todos sujetos clave para abrir nuevas líneas de indagación tendientes a profundizar en la lucha contra la trata. Pero es la aprehensión de los proxenetas el punto clave que define el éxito de este allanamiento.
Vivimos una época de cambios importantes a nivel social, muchos de ellos tendientes a generar mejores condiciones de igualdad para hombres y mujeres. En ese contexto, la trata no es solamente una gran red de injusticias sino un eslabón deleznable del pasado de desigualdad y violencia contra las mujeres. Y es por eso que todo esfuerzo encaminado a erradicar este problema es poco, y debemos redoblarlo constantemente, hasta terminar de una vez por todas con la esclavitud sexual.