Policía de proximidad: una “novedad” con más de 100 años

Expertos en seguridad de todo el mundo saben que la clave para contener el delito está concentrada cada vez más en las fuerzas policiales llamadas policía comunal, policía local o policía de proximidad. Se trata de fuerzas distintas del viejo esquema represivo tradicional de la policía clásica. Sus agentes tienen formación social, están preparados para asistir a los ciudadanos de las zonas más conflictivas en sus diversos problemas cotidianos, trabajan en el territorio y se dedican más a prevenir el delito que a castigarlo.

La policía comunal consiste en una aproximación directa y una presencia constante en las zonas urbanas donde germina con facilidad el delito organizado. Lugares donde se siente el abandono estatal.

Esto, que parece una novedad y que en la Provincia de Buenos Aires comenzó a hacerse recientemente, tiene una larga data. Quizás uno de los referentes históricos de este tratamiento del delito sea la ciudad de Barcelona, que cuenta con su conocida Guardia Urbana, creada nada menos que en 1843. Desde luego, la misma atravesó muchos cambios tanto en composición como en dependencia institucional desde su inauguración a la fecha. Sin embargo, se presenta como un exponente longevo de lo que hoy es el paradigma más viable de mantenimiento del orden y de la buena coexistencia social.

La Guardia Urbana de Barcelona mantiene encuentros regulares con vecinos, con el fin de tener un diálogo constante con ellos. Esto no solo le permite a la policía comunal tener un conocimiento directo de sus problemas sino que fomenta los lazos de solidaridad necesarios entre la policía y la comunidad. Sin policías preocupados por los ciudadanos no podemos estar seguros, y sin ciudadanos que confíen en su policía tampoco.

Además de eso se dedican a tareas diversas que buscan amenizar la vida en sociedad, algunas convencionales tales como el control de tránsito o en control de removedores de residuos, y otras realmente novedosas como reducción de contaminación sonora y cuidado de los adultos mayores, entre otras.

Se trata esta de una fuerza policial que está concebida como un factor importante que amalgama la vida en comunidad. Atender a ejemplos como el de Barcelona nos dará la clave del tipo de policía que necesitamos para vivir más seguros. Tiene que ser una policía que tenga como prioridad y como convicción la vida comunitaria, el buen trato entre vecinos y una sensibilidad muy grande para con los problemas de los barrios.

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